miércoles, 17 de noviembre de 2010

Al mundo le faltan bolas.

Últimamente, al mundo le parecen faltar bolas. Y uso este término porque no encuentro uno que sea más apropiado, porque ser cobarde digamos que no cubre precisamente lo mismo.

¿Por qué todos tenemos tanto miedo? Estamos tan acostumbrados a nuestra vida cotidiana, que cada vez que alguien, o algo, nos pone en una situación nueva, automáticamente nos ponemos incómodos y la evitamos. ¿Cuántas veces te has mandado a ir solo a una reunión o fiesta en donde sólo conocías a la persona que te invitó, que probablemente no vaya a estar contigo toda la noche, porque junto contigo invitó a otros muchos invitados? Claro, existe el miedo de que, “pucha, no conozco a nadie, no voy a tener nada que hacer, me voy a aburrir”. Pero, pongamos la situación de que, si no vas ese día, te quedas en tu casa, igual de aburrido, ¿cuál es tu excusa ahora? Probablemente termines divirtiéndote más en la situación incómoda, por la emoción de algo nuevo, pero igual, la evitamos.

En serio, yo misma no lo entiendo, y por más de que usualmente busco situaciones nuevas y emocionantes, no puedo honestamente decir que alguna vez lo haya hecho sin la compañía de por lo menos una persona más. Ah, y tampoco vale eso de embriagarte para divertirte solo.

Así, la única teoría que se me ocurre es que no queremos vernos patéticos en una esquina, solos, viendo como los demás se divierten (ahora, no sé ustedes, pero a mí me divierte observar a la gente, entonces en una situación diferente, esto sería algo que haría sin roches).

Hemos crecido sin darnos cuenta dentro de ciertos esquemas, y la idea de romperlos causa demasiado miedo, porque si lo haces, ya nada está en la seguridad de lo aceptablemente 'normal'.

Eso es no tener bolas. El miedo de verte o sentirte ridículo. El miedo de decir algo porque piensas de que lo van a etiquetar de estúpido. El miedo de darle la contra a la mayoría. El miedo de invitar a salir a alguien. El miedo de hacer la mayor estupidez de tu vida. El miedo de fracasar.

Más que el miedo de fracasar, debería dar miedo el no atreverse.

5 comentarios:

  1. El miedo al ridículo es uno de los más fuertes, cuando hay inseguridad, cuando uno mismo es poco tolerante con los demás, con sus ridiculeces. Cuando somos poco tolerantes con los que vencieron su miedo al ridículo y se atrevieron.
    El miedo al ridículo es una de las mayores limitaciones para disfrutar de la vida.
    El miedo al ridículo es inevitable, el reto es que aún teniéndolo, lo venzamos y no dejemos que nos imponga una vida cómoda, predecible, monótona, gris...

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  2. Bienvenida al mundo de los bloggers :D
    Y el miedo -salvo cuando se trata de una reacción para la supervivencia- es una estupidez, una percepción errónea de la realidad; ¿qué es lo peor que te puede pasar?
    Cada día trato de ser menos estúpido y de tener menos miedo.

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  3. El ser humano le teme al fracaso; en particular el fracaso social. Y creo que evitar pasar vergüenza no es un acto de cobardía, sino prudencia. Creo que uno puede buscar situaciones y experiencias nuevas sin la necesidad de atravesar por momentos incómodos.
    Hay un dicho que dice "A donde vayas haz lo que veas". Sin embargo, si uno no desea formar parte de estas actividades diferentes, no debería ser llamado cobarde... es simplemente una decisión; a algunos simplemente les cuesta desenvolverse en público, pero creo que no es su culpa, es simplemente su forma de ser.
    Hablo en términos generales, ya que mi personalidad es totalmente contraría, soy demasiado desenvuelto; pero no por eso deberíamos juzgar a los otros, ni llamarlos cobardes, ni decir que les faltan bolas; simplemente que a unos nos cuesta más que a otros...

    P.D: Desde que leí el blog, sabía que Marco Bassino comentaría. Estas en todas, Marco . Creo que sería prudente no revelar mi identidad...¿Soy cobarde ahora? jejeje
    sr. bassino corazón

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  5. Creo que tener miedo al ridículo es válido, especialmente en etapas tempranas de la vida. Sin embargo poco a poco, conforme uno crece, las cosas adquieren una perspectiva diferente, entonces lo que te parecía imposible de hacer en un momento, no lo parece despues.
    Pienso que hay que aprovechar todas la oportunidades que se pueda y hacer siempre algo que nos guste, sea esto "ridículo" o no. Y en verdad, no importa, pues siempre será subjetivo.

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