lunes, 20 de diciembre de 2010

La locura y la memoria.

Después de pensarlo mucho, he llegado a la conclusión de que mis dos peores miedos, y posiblemente los de muchas otras personas, son, primero, volverme loca/desconectarme de la realidad, y segundo, perder la capacidad de la memoria. La razón detrás del miedo es casi la misma en ambas situaciones: no hay nada peor que perder el control completo de tu ser.

Todo esto vino por una serie de pesadillas que tuve hace un par de meses, en donde no podía controlar mis movimientos, toda mi percepción estaba completamente distorsionada, mi lógica era ilógica, nada tenía sentido, pero todo parecía realidad. Ahora, seguro preguntarán, ¿por qué sería eso una pesadilla? Bueno, en los momentos de lucidez dentro del sueño, no había mayor desesperación que querer tomar control de lo que pasaba y dejar de tener todos los delirios y/o alucinaciones. Imagínate pensar que el sueño es realidad, y que constantemente vives en un mundo de locuras, pero que cada cierto tiempo tienes momentos de lucidez en donde puedes darte cuenta de lo loco que estás y entrar en desesperación. Para mí, no hay cosa peor que esa.

La memoria es algo parecido. Por más que controles tus acciones, al no recordarlas, es casi como si no las hubieses hecho. Igual no estás consciente o en control de lo que has hecho. Tal vez lo estuviste en algún momento, pero luego no. Luego se crea una discrepancia entre la realidad y lo que uno cree que es la realidad, y se podría decir que eso es como una falta de control del presente hacia el pasado. Además, las acciones de uno se basan de eventos del pasado, y si no existe pasado, o partes del pasado, las acciones son diferentes, y tal vez inapropiadas. Es esa falta de conocimiento la que te hace inútil en controlar quién eres y qué es lo que haces.

Todo esto me ha hecho acordarme de una película española: 'Abre Los Ojos'. Como película es genial. En relación al tema, creo que no podría ser más apropiado. Recomiendo que la vean, pero volviendo al tema...
Espero que nunca me vuelva loca, o pierda la memoria con la edad, y si me sucede, espero que no tenga momentos de lucidez para no saber lo mal que estoy, y así, no entrar en desesperación al darme cuenta del poco control que pueda tener sobre mi ser.
¿Acaso existe algo peor?

lunes, 13 de diciembre de 2010

Cosas del día a día.

Vivir cuatro meses viendo a las mismas personas día tras día te hace notar varias cosas. Compartir un solo baño con veinte personas, te hace notar aún más cosas.

Son cosas simples.

Si vas a lavarte los dientes, y justo alguien más se está lavando los dientes al mismo tiempo (hay tres lavatorios), se crea un momento incómodo, en donde uno no quiere terminar antes que la otra persona. Es como si terminar de lavarse los dientes primero significara que no se los está lavando bien. Peor aún, es cuando comienzas a lavarte los dientes después de que la otra persona ya ha comenzado, y aún así sientes que simplemente se demoran demasiado y que tú ya terminaste. Pero, si terminas antes, es medio raro, ¿no?
Lo más gracioso, es que seguro muchos piensan lo mismo, y cuando ocurre la situación en donde dos personas comienzan al mismo tiempo, ninguno quiere terminar antes, y entonces, las dos personas terminan extendiendo el tiempo de su lavada de dientes, hasta que finalmente, y de manera inevitable, uno cede y termina. Justo después de ese instante, el otro decide también terminar.

Por otro lado, si quieres usar la ducha, y están ocupadas, y la persona simplemente se está demorando demasiado, uno piensa, ¿qué tanto se demora? En este caso, no es normal demorarse tanto en bañarse. Es más, seguramente, mientras más rápido te bañes, más "normal" sea. Gracioso como la higiene le da tanta importancia a los dientes y tan poca a lo demás, ¿no? A mí me parece interesantísimo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Teorías de después de las 2 a.m. : "Power Struggle"


Hace un par de años aprendí un término de historia llamado el "Power Struggle", en donde, dicho de manera simple, una nación/país tenía una batalla de poder contra otra nación/país, y una serie de eventos se desataban sólo para mostrarle al contrincante quien era superior; quien tenía más poder.

Básicamente, 'Power Struggle' = '¿Quién tiene el control?'

Pensar que ejércitos enteros se han formado, tanques se han construido y guerras han comenzado sólo por esta necesidad de probar quién tiene el control, suena ridículo y muy de niños de nido. Definitivamente tu nunca harías algo parecido, en ningún tipo de contexto... o sí?


¿No es eso algo parecido? Definitivamente no tiene las mismas consecuencias catastróficas en masa, ¿pero va por ahí, no? Uno siempre quiere estar en control de la situación.

Existen demasiados "jueguitos" en los principios de una relación como estos. Sea desde el momento que conoces a alguien y entra la duda... no lo puedo agregar a facebook todavía, pero... ¿por qué él/ella no me agrega? o en casos menos modernos, ¿le pregunto su número de teléfono, o espero a que me lo pregunte? Por algo existe el concepto de esperar tres días después de obtener el número para llamar. Tiene que existir un tema de orgullo en todo eso. Un tema de quién es el que está en control.

¿Cuántos momentos y oportunidades habrán pasado porque ninguno quiso ser el perdedor en la "batalla"? Seguro demasiados.

Dejando el orgullo de lado, creo que también todo esto es una especie de mecanismo de defensa, después de todo, si no existiera, uno estaría exponiéndose por completo, vulnerabilidades al aire (para mayor referencia ver este cómic). Pero aún así, este no sería necesario si la otra persona fuese más amable y no rechazara cualquier comentario que le dicen (cosa que seguro también es hecha por esa misma necesidad de control).

Sea uno o el otro, este fenómeno da creación a situaciones como parejas, perdón, dos individuos, que actúan como enamorados, hacen todo lo que enamorados hacen, se quieren como enamorados, pero sin aceptar la realidad lo etiquetan como "no pasa nada, ahhh"

Claro que a veces los juegos son la parte más divertida de todo, no voy a mentir, ¿pero serán tal vez divertidos porque es divertido estar en control? Pero hay que tener en cuenta que mientras más divertido es para uno, seguro es mucho peor para el otro, y muchas veces ese otro puedes ser tú. Si todos se dijeran todo de frente, sin juegos y rodeos, seguramente todo sería más fácil.

lunes, 6 de diciembre de 2010

"Sacrificarte" no te hace un mártir.

Sacrificios y felicidad... dos ideas que en muchos casos parecen contradecirse. Aunque no deberían. En teoría, los sacrificios se hacen para solucionar algo o obtener una felicidad a largo plazo, pero me parece que la palabra ha perdido, en ciertos casos, su verdadero significado. Por lo menos de la manera en que muchas personan lo consideran.

Imagínense a una persona que trabaja en una compañía, con un trabajo estable, no necesariamente ambicioso, pero un trabajo que le deja vivir una vida de manera feliz. Ahora imagínense que a esa persona le ofrezcan un trabajo mucho más exitoso y lleno de oportunidades, pero lejos de todo lo demás que lo hace feliz, en otra parte del mundo. Muchos dirán, el trabajo es una gran oportunidad, y tu vida actual es un sacrificio que tienes que hacer para no dejar pasar la oportunidad.

¿Por qué? ¿Por qué es tan importante sacrificar tu felicidad por esta nueva oportunidad? Sí, seguro vas a ganar más plata, y sí, seguro vas a tener un futuro más estable. ¿Y? ¿Acaso eso vale tanto? Claro, uno puede argumentar que el sacrificio es tan sólo por un rato, por que luego Juan comenzaría a ser feliz en su nuevo hogar. Entonces, digamos hipotéticamente, que Juan decidió tomar el trabajo, y se dio cuenta que por más de que su nuevo trabajo era prestigioso, no era particularmente más satisfactorio que su trabajo anterior, a excepción del prestigio y la plata que recibía.

¿Sigue eso siendo un sacrificio? Para todos los que piensan que sí vale la pena, díganme, ¿para qué vale la pena? ¿para qué es el sacrificio? Si el objetivo final es ser feliz, entonces, ¿cuál es el punto del sacrificio?

Se supone que uno trabaja para poder mantenerse, y de eso poder vivir de manera feliz, no para que el trabajo consuma tu vida. En alguna parte leí la frase: Trabajar para vivir o vivir para trabajar. Creo que muchas personas se han quedado atracados en la segunda.

Pero de eso no quiero de hablar. No quiero hablar de oportunidades de trabajo. No quiero hablar de como algunas personas viven de su trabajo. Quiero hablar de lo que significa la palabra sacrificio hoy en día. Usando el ejemplo de Juan, como dije, muchos dirían que lo correcto sería sacrificarse por la oportunidad de trabajo. Así que pregunto, ¿Cuándo se volvió sacrificarse una excusa para dejar de ser feliz? Y digamos que Juan decide no tomar el trabajo, o renunciar a su nuevo trabajo, entonces, seguro habrían muchas personas pensando como Juan no supo aprovechar la oportunidad que le dieron. Y así hago otra pregunta, ¿cuándo querer ser feliz se volvió un acto tan mal visto?

Definitivamente no pretendo decir que uno tiene que aferrarse a lo que tiene con miedo de perderlo. Juan podría estar en un momento de su vida en donde justo necesita un cambio, y tal vez el cambio le traiga una nueva etapa de felicidad que nunca pensó que podría tener. El cambio puede muchas veces ser bueno. Más bien, mi punto es tratar de mostrar hasta que punto ha llegado el significado de la palabra sacrificio.

Demasiadas veces la frase "en un sacrificio que tienes que hacer" es usada en cualquier tipo de situación, como si fuera una idea que soluciona cualquier tipo de situación negativa en la que te encuentres presentemente. En mi opinión, si no tienes una idea concreta detrás de tu "sacrificio", es decir, no sabes por qué exactamente te causa un beneficio, por lo menos mayor al beneficio de lo que estás sacrificando, entonces simplemente estás perdiendo tu tiempo.

Sacrificios, sacrificios, sacrificios... que palabra para tan recorrida y mal empleada. Si no hay una contraparte positiva, entonces no hay sacrificio. Sacrificarte por algo sin recompensa no te hace un mártir, te hace un pobre iluso infeliz.

martes, 30 de noviembre de 2010

Expectativas y Realidades

¿Cuántas veces has esperado en anticipación la llegada de cierto momento, lo has pensado una y otra vez, y lo has ideado de una manera perfecta, como de película? ¿Y cuántas veces tu idea del momento ha sido completamente diferente a lo que realmente sucedió?
Creo que no existe persona que no haya experimentado esto, y si la hay, entonces prontó les tocará.

En las palabras de Alex Turner:
"Anticipation has the habit to set you up for disappointment..."

Mientras más anhelas algún momento, más situaciones improbables surgen en tu cabeza, y por más de que sepas que no es bueno dejarse llevar, es casi imposible evitarlo. Demasiadas veces he alimentado una idea en mi mente, la he imaginado, paso a paso, posibilidad por posibilidad, por demasiado tiempo, y llegado el momento mi 'idea perfecta' es destruida en tan sólo segundos. Y no es que la realidad sea necesariamente brutal (aunque existen casos en las que lo son), sino que tus expectativas eran tan altas, que en comparación cualquier cosa parece un golpe directo al estómago.

Un típico ejemplo de esto, por lo menos en el caso de las mujeres (especialmente antes o durante la adolescencia), es la idea del perfecto primer beso. Idea directamente sacada de las películas de Disney, o de cualquier otra película de ese tipo, o serie, o novela, en donde el hombre perfecto le declara su amor a la mujer y el clima es perfecto, justo durante un atardecer, seguro con pajaritos cantando, y muchas otras cosas parecidas. Además de eso, el beso en sí es mostrado como algo perfecto. ¿Y cuál es la brutal realidad? No conozco a ninguna mujer que no me haya dicho que su primer beso fue desagradable, extraño, incómodo, y otros adjetivos de conotación negativa. Supongo que habrán excepciones al caso, pero definitivamente la realidad no se mide a la ilusión que muchas crean.

La pregunta es, ¿acaso uno pensaría tan mal del hecho, si la expectativa no hubiera creado una ilusión irreal y perfecta? Definitivamente las cosas muchas veces se miden en base de la comparación, y en casos como este, uno compara las expectativas con la realidad. Si uno crea ideas tan perfectas, entonces es seguro decir que muchas veces se va a defraudar y va a pensar de su vida como un fracaso, pero esto no tiene porque ser verdad.

Para los que vieron la película '500 Days of Summer', hay una parte donde justo muestra el contraste entre las expectativas y la realidad, y eso es de lo que precisamente hablo. Para los que no han visto la película, deberían, pero algo así iba la escena:


Estoy segura que después de un par de veces en las que experimentas esa sensación de fracaso, comienzas a darte cuenta que no puedes hacerte ilusiones sobre las cosas, y uno trata de pensar realísticamente. Pero, aún así, te das el gusto de idealizar y soñar, diciéndote en todo momento "pero no hay forma de que pase", porque de cierta forma soñar así te hace vivir un poquito lo que no necesariamente va a pasar. Y acá está el problema, no importa que tan altas estén nuestras propias defensas, no importa que tanto te digas a ti mismo que sabes diferenciar lo posible de lo casi imposible, siempre existe esa parte de ti que piensa que esta pueda ser la excepción, de que esta vez tu sueño sí se va a cumplir. Y nuevamente, enfrentado con la realidad, el contraste es brutal.

Claro, que muy raras veces, cuando los planetas se alinean o algo, ocurre lo impredecible, y lo que ideaste se vuelve realidad. Lo más gracioso es que cuando esto pasa, igual nos sorprendemos como si nunca nos hubiéramos imaginado que podría pasar. Cuando la realidad no es nada en comparación a nuestras expectativas, nos frustramos, como si no hubiéramos predecido el resultado, y cuando la realidad nos sorprendé y nos da la satisfacción de ser equivalentes a nuestras expectativas, igual actuamos como si no hubiéramos predecido el resultado. Y otra cosa que pasa, es que, cuando todo lo que deseabas se cumple, la 'idea perfecta' pierde su encanto.

Personalmente, puedo decir que muchas veces he perfeccionado una idea demasiado, al punto en que la realidad se vuelve una nada. Lo raro es que no sabría decir si preferiría no haberlo hecho. Sí, el momento en donde te enfrentas con la realidad te causa una sensación negativa, pero es tan sólo un instante, en comparación a los varios momentos positivos que tienes mientras creas un mundo de ilusiones.

La verdad que no sé que es peor, el golpe que trae ser desilusionado, o la falta de emoción que trae el no soñar en absoluto.

miércoles, 24 de noviembre de 2010


Son cosas simples como esta, las que me hacen sonreir.
Speech and Thought Bubbles
(Autor de la imágen desconocido)


Arte vs. Pop

El otro día en una charla, presentaron la pregunta "¿Cuál es la diferencia entre el arte y el pop?"

Lo primero que se me vino a la mente fue una pregunta que hace dos años taladró mi cabeza: "¿Qué es arte?"
Yo siempre argumenté que todo podía ser arte. Que todo lo que uno ve, escucha, o en general percibe, es arte. Todo dependiendo de cómo lo interpretes. Según mi opinión, hasta la naturaleza podría ser arte. Pero, según me acuerdo, se supone que para que algo sea arte, tiene que haber sido hecho con ese propósito.

Volviendo a la pregunta sobre Arte vs. Pop, alguien respondió diciendo que el arte es para uno mismo (contradiciendo uno de los significados propuestos sobre el arte) y lo pop está hecho para el placer de los demás. En el contexto de la charla, esto se relacionaba al mundo de las películas y la música (en mí caso, yo lo entendí como algo musical). Así, el arte sería una canción que alguien pudo hacer mientras se calmaba, y el pop sería esa misma canción pero adaptada para el público. Al principio me gustó la explicación, especialmente cuando la comparabas con la alternativa - El arte es para los de entendimiento superior y el pop es para los demás de manera más superficial.

Pero para mí el arte va más allá de una emoción expresada para ti mismo.
El arte también viene del que lo percibe - tal vez esta sea la razón por la cual pienso que la naturaleza también es arte.
Para mi, lo que llamaron pop, es una versión completa de lo que llamaron arte.

Justo el otro día me hablaron de lo que tenía que decir un artista peruano (Fito Espinosa) sobre lo que significaba el arte para él, y creo que de mejor manera no pudo haberlo explicado (parafraseando):

El arte transforma cosas. Transforma lo interno, lo invisible, en otra cosa. Luego, al verlo, las demás personas también hacen ese camino, pero a la inversa. Yo empiezo y termino con un producto, las personas ven el producto, y regresa lo que yo siento.

Por más de que siga creyendo que algo creado naturalmente, sin algún propósito de transmitir algo interno, pueda ser arte - por la interpretación que uno le da -, y que algo que es creado transmitiendo algo interno, pero sin el propósito de ser interpretado, pueda ser arte, me parece que juntados estas dos situaciones es que se llega a la verdadera maravilla del arte.

Para mí, la experiencia total del arte es comunicación.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Teorías de después de las 2 a.m. : "+ - ≠ +"

Primero que nada, esta entrada da el inicio a una serie de entradas, Teorías de después de las 2 a.m., inspirada en la serie de televisión 'How I Met Your Mother' ("nothing good happens after 2 a.m.") y las teorías de Barney Stinson.

Segundo, para los poco matemáticos, no se asusten con el título.

Y tercero, esta teoría fue formulada por Patricio Jerí y por lo tanto cualquier crédito creativo va hacia él.

---

Generalmente, en el mundo de las relaciones, existen dos tipos de personas, los que quieren una relación y los que quieren un encuentro casual. Los dos casos pueden funcionar exitosamente, siempre y cuando sigan la regla general que dice: un positivo y un negativo, nunca hacen un positivo.
+ - ≠ +

Digamos que si eres un romántico y buscas una relación, tienes el símbolo "+", y si eres alguien buscando algo casual, tienes el símbolo "-" (lo positivo y negativo de cada situación es irrelevante). Dado esto, lo siguiente sucedería:

"+" y "+" dan + (positivo)
"-" y "-" dan + (positivo)
"+" y "-" dan - (negativo)

Si hubiéramos sabido que las matemáticas que nos enseñaron cuando éramos más chibolos servían en el mundo de las relaciones, entonces tal vez hubiéramos prestado más atención.

Estar en la última situación, es como estar atrapado en un limbo. Te engañas para pensar que la otra persona puede cambiar de opinión, cedes a la situación que la otra persona quiere pensando que es un acto recíproco, y que pronto tocará que la otra persona haga lo mismo por ti, y basicamente terminas perdido en una incómoda área gris.

No puedes ser un híbrido en ese sentido. Actuar como si no te importara tener una relación, ceder a todas las expectativas de la otra persona, actuar casualmente, pero en el fondo querer muchas cosas más, simplemente no funciona.

Un positivo y un negativo, nunca hacen un positivo.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Al mundo le faltan bolas.

Últimamente, al mundo le parecen faltar bolas. Y uso este término porque no encuentro uno que sea más apropiado, porque ser cobarde digamos que no cubre precisamente lo mismo.

¿Por qué todos tenemos tanto miedo? Estamos tan acostumbrados a nuestra vida cotidiana, que cada vez que alguien, o algo, nos pone en una situación nueva, automáticamente nos ponemos incómodos y la evitamos. ¿Cuántas veces te has mandado a ir solo a una reunión o fiesta en donde sólo conocías a la persona que te invitó, que probablemente no vaya a estar contigo toda la noche, porque junto contigo invitó a otros muchos invitados? Claro, existe el miedo de que, “pucha, no conozco a nadie, no voy a tener nada que hacer, me voy a aburrir”. Pero, pongamos la situación de que, si no vas ese día, te quedas en tu casa, igual de aburrido, ¿cuál es tu excusa ahora? Probablemente termines divirtiéndote más en la situación incómoda, por la emoción de algo nuevo, pero igual, la evitamos.

En serio, yo misma no lo entiendo, y por más de que usualmente busco situaciones nuevas y emocionantes, no puedo honestamente decir que alguna vez lo haya hecho sin la compañía de por lo menos una persona más. Ah, y tampoco vale eso de embriagarte para divertirte solo.

Así, la única teoría que se me ocurre es que no queremos vernos patéticos en una esquina, solos, viendo como los demás se divierten (ahora, no sé ustedes, pero a mí me divierte observar a la gente, entonces en una situación diferente, esto sería algo que haría sin roches).

Hemos crecido sin darnos cuenta dentro de ciertos esquemas, y la idea de romperlos causa demasiado miedo, porque si lo haces, ya nada está en la seguridad de lo aceptablemente 'normal'.

Eso es no tener bolas. El miedo de verte o sentirte ridículo. El miedo de decir algo porque piensas de que lo van a etiquetar de estúpido. El miedo de darle la contra a la mayoría. El miedo de invitar a salir a alguien. El miedo de hacer la mayor estupidez de tu vida. El miedo de fracasar.

Más que el miedo de fracasar, debería dar miedo el no atreverse.