Sacrificios y felicidad... dos ideas que en muchos casos parecen contradecirse. Aunque no deberían. En teoría, los sacrificios se hacen para solucionar algo o obtener una felicidad a largo plazo, pero me parece que la palabra ha perdido, en ciertos casos, su verdadero significado. Por lo menos de la manera en que muchas personan lo consideran.
Imagínense a una persona que trabaja en una compañía, con un trabajo estable, no necesariamente ambicioso, pero un trabajo que le deja vivir una vida de manera feliz. Ahora imagínense que a esa persona le ofrezcan un trabajo mucho más exitoso y lleno de oportunidades, pero lejos de todo lo demás que lo hace feliz, en otra parte del mundo. Muchos dirán, el trabajo es una gran oportunidad, y tu vida actual es un sacrificio que tienes que hacer para no dejar pasar la oportunidad.
¿Por qué? ¿Por qué es tan importante sacrificar tu felicidad por esta nueva oportunidad? Sí, seguro vas a ganar más plata, y sí, seguro vas a tener un futuro más estable. ¿Y? ¿Acaso eso vale tanto? Claro, uno puede argumentar que el sacrificio es tan sólo por un rato, por que luego Juan comenzaría a ser feliz en su nuevo hogar. Entonces, digamos hipotéticamente, que Juan decidió tomar el trabajo, y se dio cuenta que por más de que su nuevo trabajo era prestigioso, no era particularmente más satisfactorio que su trabajo anterior, a excepción del prestigio y la plata que recibía.
¿Sigue eso siendo un sacrificio? Para todos los que piensan que sí vale la pena, díganme, ¿para qué vale la pena? ¿para qué es el sacrificio? Si el objetivo final es ser feliz, entonces, ¿cuál es el punto del sacrificio?
Se supone que uno trabaja para poder mantenerse, y de eso poder vivir de manera feliz, no para que el trabajo consuma tu vida. En alguna parte leí la frase: Trabajar para vivir o vivir para trabajar. Creo que muchas personas se han quedado atracados en la segunda.
Pero de eso no quiero de hablar. No quiero hablar de oportunidades de trabajo. No quiero hablar de como algunas personas viven de su trabajo. Quiero hablar de lo que significa la palabra sacrificio hoy en día. Usando el ejemplo de Juan, como dije, muchos dirían que lo correcto sería sacrificarse por la oportunidad de trabajo. Así que pregunto, ¿Cuándo se volvió sacrificarse una excusa para dejar de ser feliz? Y digamos que Juan decide no tomar el trabajo, o renunciar a su nuevo trabajo, entonces, seguro habrían muchas personas pensando como Juan no supo aprovechar la oportunidad que le dieron. Y así hago otra pregunta, ¿cuándo querer ser feliz se volvió un acto tan mal visto?
Definitivamente no pretendo decir que uno tiene que aferrarse a lo que tiene con miedo de perderlo. Juan podría estar en un momento de su vida en donde justo necesita un cambio, y tal vez el cambio le traiga una nueva etapa de felicidad que nunca pensó que podría tener. El cambio puede muchas veces ser bueno. Más bien, mi punto es tratar de mostrar hasta que punto ha llegado el significado de la palabra sacrificio.
Demasiadas veces la frase "en un sacrificio que tienes que hacer" es usada en cualquier tipo de situación, como si fuera una idea que soluciona cualquier tipo de situación negativa en la que te encuentres presentemente. En mi opinión, si no tienes una idea concreta detrás de tu "sacrificio", es decir, no sabes por qué exactamente te causa un beneficio, por lo menos mayor al beneficio de lo que estás sacrificando, entonces simplemente estás perdiendo tu tiempo.
Sacrificios, sacrificios, sacrificios... que palabra para tan recorrida y mal empleada. Si no hay una contraparte positiva, entonces no hay sacrificio. Sacrificarte por algo sin recompensa no te hace un mártir, te hace un pobre iluso infeliz.
El sacrificarse es a mi parecer, renunciar a una cosa o a alguien o a una situación para conseguir otra, ya sea para uno mismo o para terceros, ahora si el sacrificio se hace para terceros es mas fácil encontrar la felicidad.
ResponderEliminarMe parece que uno debe poner en una balanza si el beneficio que obtendrá después del sacrificio personal, sea bien compensado.
Muchas veces he pensado que hubiera sido mejor no haber renunciado a algo porque al final no estaba contenta con el resultado. Dependiendo de lo que vamos a perder, un sacrificio puede resultar en muchísimas valoraciones, positivas o negativas. Lo importante es que si no estamos contentos con lo que resultó no abandonemos todo. Ninguna decisión es definitiva y nadie puede decirnos "es algo que tienes que hacer, es algo que tienes que dejar, es algo que tienes que soportar". Aunque a veces decidamos así hacerlos por algo más grande que nosotros. Por ejemplo, por amor.
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