miércoles, 30 de noviembre de 2011

Los medios y las emociones.

Estaba leyendo un texto para mi curso de comunicación social, y me hizo pensar en algo que realmente me molesta. El texto básicamente hablaba sobre medios fríos y calientes. Para explicarlo con brevedad, un medio caliente vendría a ser aquel medio que te sobreexpone con estímulos, dejándote atontado y dejándote sin lugar a interpretación propia, o aportes propios. Un medio frío vendría a ser aquel que te da mucho menos información, y consecuentemente da pie a que cada persona trate de 'completarlo', dándole un aporte personal. Sencillamente, una película de acción o comedia vendría a ser más 'caliente' que una película de misterio. No hay mejores o peores, simplemente distintos.

En fin, mencionaron la utilización de medios calientes para impactar al público sobre temas en particular. El ejemplo utilizado fue mostrarle una escena devastadora de un choque a aquellas personas que infringían las leyes de tránsito vehiculares, así intentando... 'traumarlas'.

Lo que me lleva al tema principal. El uso de estos medios 'calientes' para manipular las mentes. Y cuidado, que esto puede ponerse medio polémico. ¿Cuántas veces he visto algún reportaje o anuncio publicitario sobre la pobreza o la falta de comida en algún lugar de África, en donde muestran las imágenes de niños más impactantes posibles? Y aquí muchos siempre se me vienen encima, pero, ¡qué estupidez! Me da nauseas cada vez que pasan uno de esos reportajes o anuncios, y automáticamente más del 50% de la audiencia se pone a meditar sobre el tema, sintiéndose completamente culpables de no hacer algo al respecto. No sólo eso, sino que automáticamente el, posiblemente antes festivo ambiente, se vuelve un cementerio, en donde si alguien cambia de tema a cualquier otra cosa rutinaria, se vuelve un completo desconsiderado sin alma.

Lo más impresionante es como pasa el momento, eventualmente, y nunca nadie hace nada al respecto, ni vuelvo a hablar del tema, hasta que, nuevamente, se presenta una ocasión parecida. Es la manipulación más brutal y cotidiana que he visto. Algo tan fácil de lograr, y aún así la reacción siempre es la misma. Y no es que yo sea una insensible, sino que no me parece la manera de llegar a la gente. Es la manera fácil, es la manera manipuladora, es la manera de jugar con las emociones de uno.

Sucede lo mismo en los anuncios en contra del cigarro, en donde en la misma cajetilla muestran a un viejito prácticamente muerto. Lo que me alegra saber (y yo no soy fumadora, pero defiendo a los que toman la decisión) es que por lo menos los fumadores, no se vuelven un mar de lágrimas y se dejan manipular por aquella imagen, porque según lo que he visto, siguen fumando.

Si quieren transmitir un mensaje, háganlo de una manera creativa, jueguen limpio. No se alimenten de nuestras emociones. Gracias.

Teorías de después de las 2 a.m. : ¿Falta de compromiso o falta de agrado?

Desde hace tiempo que quiero escribir algo sobre esto, ¿qué mejor momento que cuando tienes mil otras cosas que hacer?

Siempre me he auto-etiquetado como una persona con serios problemas de compromiso y no me refiero tan sólo en cuestión de relaciones amorosas. Varios ejemplos (y perdón si algunos se sienten aludidos, aunque lo dudo): Una semana y media en una relación, me sentí atrapada en un lugar donde no debería estar bajo ninguna circunstancia, terminé con el asunto. Dos semanas en un grupo de música con ideales serios, comenzaron los planes a largo plazo, salí corriendo despavorida. Entrenamientos intensivos para ir al panamericano de Hockey, se dio que por fechas ya no podía ir, nunca estuve tan feliz de tener una excusa para romper con mi compromiso. No vayamos tan lejos... pedirme confirmar algún plan de fin de semana y que el plan dependa de mí, me pone en una de las situaciones más incómodas de mi persona.

Simplemente soy una de esas personas que si no siente la libertad de escoger quién ser, dónde estar, con quién estar y qué hacer, en el preciso instante, se frustra. Todo esto, por la sensación de que tal vez algo mejor por hacer se presente, y mis manos y pies ya estén atados a algún otro compromiso. Aún así me pase meses de meses, deseando tener algo casi inalcanzable, el instante en que lo obtengo y se vuelve real, mi actitud cambia.

Sin embargo, después de años de pensar que en serio tenía cierto problema, me di cuenta que llevo en mi vida varios compromisos de los cuales nunca me he quejado. Comencemos por mi afición al teatro. Soy capaz de invertir horas, con un horario fluctuante, en donde nunca sé hasta donde podré 'perderme' de otros eventos, en ayudar a realizar ciertos montajes de teatro. Doy mi palabra de que estaré las horas necesarias, pase lo que pase. Un compromiso casi diría ciego. Algo parecido pasa cuando estoy en algún proceso musical propio, o cuando sé que tengo partidos de Hockey, o cuando trabajo en el verano mientras que mis amigos están seguramente divirtiéndose haciendo otras cosas por ahí.

Lo cual me lleva a pensar... ¿es lo que se llama falta de compromiso, simplemente una falta de agrado? ¿Podría ser, acaso, dejar de lado algo, romper compromisos, escaparte de algunos futuros, una manera en que uno separa lo que realmente le gusta de lo que, tal vez, no le agrade tanto?


Es cierto, prefiero no comprometerme en nada. No estoy segura si lo que me ofrecen me va a gustar. Puedo tantear la situación a ver si tal vez me jala un poco, pero no daré ni medio pelo por ello. Pero si algo me llega a engatusar, tengan por dado que lo cogeré por las bolas y mi compromiso será pleno.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Fenómeno Estudios Generales Letras.

Así se resume mi vida. Alterno entre el ciclo vicioso y su desviación (este post mismo siendo una clara manifestación de la 'desviación'). Estoy segura que aplica a muchos.
(Hacer click para verlo en tamaño completo).
Co-autora de procrastinación creativa: Thalía Dancuart Coehlo